dulzainomania
dHp
cañas
A mi modo de ver, no hay una caña igual a otra. Tampoco creo que haya una caña que sea la perfecta para todas las situaciones ni para todas las personas. Por ello considero que, dependiendo del lugar en el que vayamos a tocar, el estado de forma en el que nos encontremos, el tipo de repertorio a abordar y otras variantes, deberíamos elegir un tipo de caña que resulte lo más apropiada posible para las circunstancias señaladas.
No obstante, es importante entender que, en base a nuestro nivel y a nuestra evolución técnica, debemos buscar la caña que mayor firmeza nos proporcione; el timbre, la afinación, el ataque, las dinámicas y la tesitura se verán ampliamente mejorados.
A la hora de fabricar una caña la calidad del material es fundamental; la tierra donde crece, sus cualidades de salinidad y humedad, el clima benévolo de la ribera del Turia y sobre todo la sabiduría del recolector (bendito recolector) respecto a corte y tiempos de secado, marcan la diferencia entre un material corriente y uno excelente.
No obstante, antes de comenzar con el proceso de fabricación de una caña, el material es cuidadosamente seleccionado, deshechando aproximadamente un 20% en base a cinco parámetros: color, corte, dureza, densidad y respuesta elástica.
Aún así, el mayor control al que son sometidas, es sin duda, la máxima exigencia técnica a la que yo las someto. Mi modo de tocar, mi técnica y carácter interpretativo fuerzan a la caña al máximo de sus posibilidades. La idea es, que si no sirven para mi, no sirven para nadie.
Densidad
Dureza
Todos los modelos de cañas llevan por una cara el sello dHp, y por la otra dos indicadores numéricos: en color rojo la dureza superficial de la caña (escala ShoreD), y en negro los decimales de la densidad expresada en g/cm3. Ej: 65=0,65 g/cm3.